Las películas tienen esa capacidad de comprar al público a través de los trailers. Tarea difícil, si me lo preguntan, puesto que corren muchos riesgos: si muestran mucho, arruinarían la trama; si ponen poco, podría no entenderse de qué se trata la cinta y el potencial espectador perdería interés. Con las series pasa lo mismo: si el avance del próximo capítulo es malo, el seguidor no se va a emocionar, no va a hablar con sus amigos sobre su impaciencia y menos va a llenar las redes sociales con teorías y debates sobre el futuro de sus personajes favoritos. Podría parecer mentira pero 30 segundos, un minuto o dos, pueden hacer una gran diferencia.
De más está decir que Relatos Salvajes es la película argentina del momento. No sólo está siendo aclamada en el país sino también en ámbitos internacionales (inclusive corre el rumor que podría ser la gran nominada para los Oscars). Su trailer es magistral: a través de una simple frase ("Todos podemos perder el control") sumado a imágenes y una melodía que transmite dramatismo y cierta incomodidad relacionada al nerviosismo, muestra fragmentos claves al mismo tiempo que genera intriga sobre la propuesta en general (que nunca es 100% especificada). Sin revelar demasiado, este es un ejemplo de un avance bien logrado, a mi parecer, puesto que fue lo que me impulsó a ver la cinta. No importa si es la película argentina más vista del 2014. No importa si actúa Ricardo Darín. No importa si tiene a importantes figuras del cine como Darío Grandinetti, Érica Rivas, Leonardo Sbaraglia o Rita Cortese. Bueno, sí importa. Pero el trailer es relevante también. Y mucho.
Coproducida por Agustín y Pedro Almodóvar, la película, que está escrita y dirigida por Damián Szifron (el mismo que creó Los Simuladores) presenta seis cortos titulados "Pasternak", "Las ratas", "El más fuerte", "Bombita", "La propuesta" y "Hasta que la muerte nos separe". El punto en común de todos no sólo es el género (una evidente comedia negra con toques dramáticos) sino también locuras temporales derivadas de situaciones cotidianas que nos hacen preguntar, en más de una ocasión, si haríamos (o no) lo mismo que los protagonistas.
Con actuaciones impecables, la cinta logra con mucha facilidad el objetivo de entretener al tiempo que presenta personajes ordinarios que deben enfrentar cambios bruscos en sus vidas. Los chistes no faltan. Tampoco las mordidas de uñas: en mi sala de cine, había un chico que terminó abrazándose a sus rodillas mientras se sacudía violentamente por los nervios y la desesperación que le producían las situaciones más extremas.
Evidentemente, Relatos Salvajes es un ejemplo de un buen trailer convertido en una excelente cinta que produce emociones diversas en sus espectadores: en mi caso, sentí más angustia que risa. Otros, tal como escuché al salir del cine, se divirtieron bastante. Porque una buena película pretende llegar al público y quedarse con él por un tiempo.
La propuesta de Szifron cumple con lo que promete desde su trailer al entregar historias sobre amor, sobre locura y sobre muerte; todas magistralmente conectadas, dirigidas y actuadas. Por la cantidad de espectadores que ya la vieron, otros piensan lo mismo.