Las tragedias acarrean siempre la necesidad de expresarse, de contar lo sucedido y tratar de entender por qué pasó lo que pasó. Ese es el punto de partida de El agua bajó, las marcas quedan, un libro creado y solventado por los integrantes de la Asamblea Vecinal Parque Castelli. Pero no es sólo eso: es también una “expresión del dolor”, un registro de la inundación del 2 de abril de 2013.
De editorial propia -Salir a Flote-, el texto no puede encasillarse dentro de un solo género puesto que se trata de una compilación de documentos, informes, investigaciones, entrevistas y testimonios conmovedores de una de las noches más oscuras de la ciudad. Es por eso que tampoco cuenta con un estilo de escritura homogéneo: los capítulos, ilustrados por Milagros Martínez, están escritos por diferentes autores, sistemáticamente señalados al final de cada sección.
De editorial propia -Salir a Flote-, el texto no puede encasillarse dentro de un solo género puesto que se trata de una compilación de documentos, informes, investigaciones, entrevistas y testimonios conmovedores de una de las noches más oscuras de la ciudad. Es por eso que tampoco cuenta con un estilo de escritura homogéneo: los capítulos, ilustrados por Milagros Martínez, están escritos por diferentes autores, sistemáticamente señalados al final de cada sección.
El prólogo, del juez Luis Arias, afirma que el libro “tal vez no contenga todas las respuestas a los interrogantes que quedaron” pero sí aporta posibles causas, consecuencias y efectos expuestos en formato de resúmenes, opiniones y, principalmente, documentaciones y videos cuyas fuentes son de fácil acceso gracias al CD que se consigue junto al libro. Porque El agua bajó, las marcas quedan pretende que su lector no se conforme con un “me dijeron”, sino que se informe y saque sus propias conclusiones.
Otro hincapié que se encuentra en las páginas del texto es el de las organizaciones barriales: su historia, objetivos y conflictos. De hecho, la Asamblea Vecinal Parque Castelli, compuesta por vecinos de la zona, busca “construir y mantener la memoria colectiva” a través de reuniones semanales en donde comparten informaciones sobre la tragedia. Además, son los creadores del monumento -ubicado en 26 y 65- en honor a los fallecidos por la inundación así como también de murales temáticos.
El libro pretende ser la voz de todos los platenses que siguen buscando respuestas puesto que aún -como dicen los autores- “no hay real entendimiento de lo sucedido”.
Autores: Asamblea Vecinal Parque Castelli (María Escuti,
Roberto Olivera, Graciela Ungaro, Marcela Goyri, Carlos Franchimont,
Perla Reale, Ethel Prioretti, Lucas Ibarlucía y Olga Barrionuevo)
Editorial: Salir a Flote
Páginas: 204