Hoy les voy a contar una leyenda que se
relaciona con un festival llamado Tanabata que se celebra el día 7 del mes 7 en
Japón.
Se cuenta que Orihime era la hija del Rey de
los Cielos y que lo ayudó a decorar el cielo. Mientras él hacía y colgaba las
estrellas, ella tejía una fina y delicada tela que luego formaba parte de las
nubes. Era muy hábil y su padre estaba orgulloso de su labor pero le puso tanta
dedicación que se empezó a sentir enferma por lo que él la dejó descansar y
hacer lo que quisiera por un día.
Orihime le tomó la palabra y jugó y bailó al
lado del río Amanogawa –la Vía Láctea– hasta que vio a Hikoboshi, un pastor que
se encontraba en la otra costa. Ambos se reunieron cruzando el único puente que
unía al amplio río. Él la invitó a pasear y ella, ansiosa por conocer un mundo
alejado de su rutina, aceptó.
Se volvieron amigos rápidamente. Orihime estaba
tan feliz que se olvidó que debía regresar. El Rey de los Cielos se preocupó y
envió a urracas a buscarla. La chica, cada vez más enamorada del pastor, las
ignoró porque prefería quedarse con él. Esa respuesta no puso muy feliz a su
padre quien fue a su encuentro y la obligó a volver, destruyendo a su paso el
único puente que unía los hogares de los jóvenes. Para castigarla aún más, hizo
que el río creciera y le prohibió a ambos verse.
La princesa entendió que tenía
responsabilidades que cumplir pero extrañaba a Hikoboshi por lo que le pidió a
su padre algún tipo de arreglo. Él, apenado por ella, aceptó lo siguiente: si
trabajaba duro durante un año, dejaría que se reunieran una vez al año, el día
7 del mes 7.
Desde entonces, en cada aniversario de esa
promesa, una bandada de urracas forma un puente sobre la Vía Láctea,
permitiendo que Orihime y Hikoboshi se vean. A cambio, ella trabaja tejiendo
nubes y nieblas por el resto del año, hasta el final de los tiempos.
¿Cómo se festeja este día en el Japón de hoy?
Por lo general, se escriben deseos –a veces en forma de poemas– en pequeñas
tiras de papel colorido y se cuelgan en las ramas de los árboles de bambú,
junto a otras decoraciones, en las puertas de los hogares. Luego, se reza para
que se vuelvan realidad.
¿Pedimos un deseo?
Colaboración para Yokichi Eventos