Hamlet debe ser la obra de teatro que todo el mundo conoce. No sólo es el argumento en que El Rey León se basa (por lo cual, hasta el más pequeño de la familia sabe de qué se trata), sino que también es la elegida por todos los profesores de primarias y secundarias para leer, además de la clásica Romeo y Julieta.
De todas formas, como sucede con todas las adaptaciones, ver cómo un texto cobra vida, de la mano de un grupo de actores, es otra cosa. Especialmente si estos artistas pertenecen al teatro británico, The Globe, e interpretan la historia con el inglés antiguo de Shakespeare.
A finales del año pasado, llegó a Argentina la noticia que, con motivo de la conmemoración del 450 aniversario del nacimiento de William Shakespeare, el Globe de Londres se embarcaría en uno de sus proyectos más ambiciosos: recorrer todos los países del mundo para actuar en sus escenarios y representar Hamlet, de la mano de su director, Dominic Dromgoole.
El pasado 23 de abril, 4 directores de escena (Rebecca Austin, Carrie Burnham, Dave McEvoy y Adam Moore) en conjunto a un grupo de 12 actores (que intercambian los roles a lo largo de todo el trayecto), iniciaron la travesía que durará hasta el 2016, fecha en que volverán a Europa.
El rumor decía que llegarían a Buenos Aires a mediados del 2014 para actuar en el Teatro San Martín. Pero hasta entonces no había una fecha fija para la venta de entradas ni para la presentación, por lo que hubo poca difusión.
A medida que transcurrían los meses, esos datos fueron confirmándose: el grupo teatral se presentaría el fin de semana del 15 y 16 de noviembre en tres funciones (a las 19 horas ambos días y a las 15, también, el domingo). El precio de las entradas se estableció en $180 y no tardaron en agotarse. Estudiantes, profesores, amigos, jubilados, familias, fanáticos de Shakespeare, del teatro y de la cultura británica en general fueron los que predominaron, aplaudieron y se maravillaron con una propuesta sencilla pero rebosante de talento.
La obra
—¡Buenas tardes!
Eso. Una frase sencilla hace que centenares de espectadores aplaudan y griten emocionados ante un saludo de un actor cuya primera lengua no es el español. Tal vez todos se dan cuenta que los artistas buscan relacionarse con el público. De hecho, antes de iniciar la función, varios de ellos salen a saludar, charlar con los privilegiados de las primeras filas, mientras tocan instrumentos y pasean por las escaleras del teatro con forma circular.
A las 15 horas (ni un segundo más, ni un segundo menos. La belleza de la puntualidad británica es impresionante), las luces bajan e iluminan al grupo que empieza a cantar una alegre canción que luego es repetida en otra escena. Luego, uno de los actores avanza hacia el centro del escenario y solicita a los espectadores tres cosas: que pongan en silencio sus celulares, que no saquen fotos y que disfruten. Ah. También les desea suerte con el inglés antiguo.
La obra de Shakespeare estaba por cobrar vida una vez más...
La historia es más que conocida: el rey de Dinamarca es el padre de Hamlet y ha muerto. Su tío se queda con la corona y se casa con su madre. A pesar de su tristeza, el príncipe lo acepta hasta que ve el fantasma del ex monarca quien le dice que su hermano lo ha asesinado y le pide a su hijo que lo vengue.
Los actores del Globe utilizan una sencilla escenografía para contar de manera precisa esa trama. De hecho, son capaces de transformar 16 baúles en pasillos, barcos, palacios y torres; todo realizado con suma precisión y elegancia. Además, los artistas que no están en escena, se sientan en el fondo y con dos o tres elementos crean los ruidos necesarios para cada una de las interpretaciones de sus compañeros.
Para la primera función del domingo, Naeem Hayat es el elegido para dar vida a Hamlet y lo ejecuta de manera elegante pero cómica, permitiendo que cada uno de los espectadores se adentre en la historia, sienta lástima por él y se divierta por cada una de sus ingeniosas respuestas.
La obra, a pesar de estar hablada cien por ciento en inglés, cuenta con subtítulos que resultan, en ciertas ocasiones, inútiles porque pierden la sincronización con los diálogos.
La escena
Conozcan o no conozcan la obra de Shakespeare, la frase "Ser o no ser, esa es la cuestión" probablemente sea la más famosa de la literatura mundial. Si bien se mantiene un silencio respetuoso durante toda la obra, cuando el Hamlet de Hayat finalmente la pronuncia, parece ser que el público contiene la respiración ya que el único sonido que se escucha es el tick tack del reloj pulsera de un jubilado.
Es muy difícil poner en palabras el talento. Porque los actores de la presentación del Globe to Globe lo poseen y en demasía. No sólo son capaces de interpretar diversos papeles en la misma obra (poniéndose un saco o una espada como símbolo de ese cambio), sino que también tocan instrumentos y acomodan su escenografía cuando el momento lo solicita. Esas cualidades llevan a que cada uno de los espectadores, al finalizar la presentación, los ovacionen y vitoreen en tres ocasiones, demostrando no sólo su conformidad sino también su asombro ante tan exquisita presentación.
A falta de una mejor definición, el grupo teatral está conformado por unos excelentemente seleccionados genios: ellos continúan atravesando el planeta para que cada uno de los países que lo conforman sepa qué es Hamlet y qué se puede lograr con pocas cosas pero mucha voluntad y un alto grado de magia.
Para más información sobre el recorrido, objetivo del tour, fechas en otros países, etc., visitar: http://globetoglobe.shakespearesglobe.com/hamlet/the-map