Se dice que una imagen vale más que mil
palabras y en el caso de la pintora alemana, Charlotte Salomon, es así: las
obras que componen su autobiografía ¿Vida? ¿O teatro? fueron la inspiración del
más reciente trabajo del francés David Foenkinos, Charlotte, una novela en
donde él traduce su obsesión por la artista que murió, a los veintiséis años, en
Auschwitz.
Charlotte
–una chica peculiar al estar rodeada por la muerte desde la infancia– vivió en
la Europa temerosa por la invasión nazi. Como judía, tanto ella como su padre y
la pareja de él, experimentaron humillaciones y, poco a poco, todo les fue
arrebatado. Antes de encontrar su final en el peor campo de concentración de la
historia, llegó a ser apresada en dos ocasiones, pudiendo huir en ambos casos
por la gentileza de desconocidos.
Foenkinos
afirma que “existe un punto preciso en la trayectoria de un artista. El momento
en que su propia voz empieza a hacerse oír”. Y fue en el medio de esa vorágine
de incertidumbre, de mezcla entre optimismo y pesimismo, que la joven encontró
su pasión: la pintura.
El
pánico a ser atrapada, la llevó a retratar apresuradamente su autobiografía
desde una perspectiva de la actuación: “no es tan difícil hacer de chica aria
encantadora. Si te metes en ese personaje, todo es maravilloso. Es un mundo en
el que nadie te escupe. […]. Te quieren, te apoyan, te honran. Buena suerte,
llegan incluso a decirte”, piensa Charlotte desde la pluma del francés.
Combinando textos, dibujos y hasta música, la pintora expuso situaciones de su
vida, su enamoramiento prohibido con un hombre mayor, las injusticias que le
tocaron vivir y sus sentimientos, al punto de definir ese trabajo como “toda su
vida”.
Desde
sus primeras palabras, lo más llamativo de la novela es su redacción: cada
frase es una oración corta que parece describir un cuadro y, al mismo tiempo,
lo conecta con el siguiente. Esto hace no sólo que las 216 páginas se terminen
en un abrir y cerrar de ojos, sino que también deriva en una precisión milimétrica
que exhibe tanto la crueldad como la desesperación humana desde la perspectiva
de una joven que, sin entender bien por qué, es obligada a renunciar a cualquier
decisión sobre qué vida llevar.
La
constante sucesión de acción tras acción –el autor se limita a describir lo
mínimo e indispensable– se interrumpe de vez en cuando con la aparición del
propio Foenkinos: él conoció a Charlotte sin buscarla y decidió investigar
sobre ella, su vida y sus seres queridos. Todas las conversaciones e historias
relacionadas, están incluidas de alguna manera en el relato.
A
lo anterior, también se suman detalles del contexto. No sólo se habla de los
distintos hechos relacionados con la guerra y el ascenso del nazismo, sino
también del sufrimiento de otros intelectuales –como Walter Benjamin y Hannah
Arendt– y grupos de judíos que fueron consumidos por un exterminio que parecía
no tener fin. “¿Cómo ha podido ser tan tonta? Ella y todos los demás. El mundo
entero los persigue. ¿Por qué hoy iba a ser distinto?”, reflexiona
desgarradoramente, una y otra vez, la Charlotte de la novela.
El
autor, David Foenkinos, nació en París en 1974. Su relato, editado por
Alfaguara, fue finalista del premio Goncourt y ganador de los Premios Renaudot
y Goncourt des Lycéens. Conocedor ya del género de las biografías –su retrato
de John Lennon como hombre en lugar de mito, le otorgó reconocimiento
internacional–, sin entender por qué, se había obsesionado por Alemania, su
música, artistas, diseñadores, hasta los muebles, cuando se cruzó con una
exhibición de la pintora, alcanzando una sensación de haber encontrado por fin
lo que andaba buscando por tanto tiempo.
Autor: David Foenkinos
Editorial: Alfaguara
Cantidad de páginas: 216
Precio: $179,00
Colaboración para el diario EL DIA: http://www.eldia.com/ septimo-dia/ david-foenkinos-el-retrato- de-una-vida-96673